31.5.12

“EL HOMBRE NO MEDIÁTICO QUE LEÍA A PETER HANDKE” DE EDGAR BORGES


Portada del libro.

Una novela sobre la ficción del escritor y la realidad social de los otros:
El hombre no mediático que leía a Peter Handke, de Edgar Borges.
Ediciones En Huida.

El hombre no mediático no sufre de angustia ni de ataques imprevistos de prisa. Su lentitud visual le permite ver detalles inexistentes para la mayoría. Sin embargo, él tiene serios problemas para relacionarse con el resto. Su particularidad lo aleja de los otros. Y esto, a pesar de que aún no le representa desequilibrio, opera como una bomba alojada en su existencia (y que podría activarse en cualquier momento). ¿Qué hacer? ¿Cómo detener el inminente peligro que amenaza con implosionar su yo? ¿Él o los otros? Él desearía que el resultado fuese él y los otros, pero sabe que sostener su particularidad no es tarea sencilla”
De El hombre no mediático que leía a Peter Handke


El hombre no mediático que leía a Peter Handke (Ediciones En Huida, 2012) cuenta en tiempo real la historia de un investigador, llamado Edgar Borges, que permanece encerrado en su habitación recopilando datos de la obra del escritor austríaco Peter Handke (Griffen, Austria, 1942). No obstante, un encierro, que podría ser considerado la opción normal de un frenético investigador que ha decidido aislarse de su familia, contiene realidades que van más allá de las cuatro paredes donde se desarrolla la historia. De niño el personaje central que habita la investigación fue secuestrado; en su aislamiento su único contacto comunicacional fue con los libros de Peter Handke. Por su parte, el sujeto real que conduce la investigación descubrirá que el personaje de su historia guarda muchas similitudes con su persona. ¿Pérdida de memoria?, ¿autoengaño?, ¿doble personalidad? Estas y otras preguntas forman parte del hilo conductor de una ficción que, sin perder nunca su condición de novela, dibuja el contrapeso de dos encierros. En una habita un hombre sólo con el conocimiento de las imágenes literarias de Peter Handke, y en la otra una sociedad padece de saturación mediática. ¿Qué ocurre cuando el sujeto sale de su habitación? ¿Qué clase de relación se establece entre él y los otros?

Sobre el nombre y la realidad del investigador-personaje, Edgar Borges sostiene que “se ha contratado a si mismo, para integrar el reparto de su ficción, porque quería jugar al actor que interpreta su propia historia”. Y, además de él, afirma el autor, “he contratado a familiares, amigos, vecinos e investigadores para que participen en la construcción de esta otra realidad”. El narrador se vale de la tensión y de la ironía para desmontar realidades mediáticas y contar, en tiempo real, un magistral híbrido literario que integra crónica, investigación y diario. Pero, ¿quién cuenta la realidad de quién? ¿El investigador o el autor? ¿Acaso el autor no es el investigador? Esta investigación podría titularse “La palabra, desgaste en la sociedad mediática y necesidad de revalorización en la vida cotidiana”; también podría ser la puerta hacia un estudio sobre la pretensión -del poder establecido- de silenciar a los escritores que, como Peter Handke, niegan la verdad absoluta. Sin embargo, rumbo al final del trabajo, una novela se le rebela a la investigación y determina el título de todo cuanto aquí ocurre: El hombre no mediático que leía a Peter Handke.

Edgar Borges (Caracas, Venezuela, 1966), autor de novelas como ¿Quién mató a mi madre? (III Finalista del Premio de Novela Ciudad Ducal de Loeches 2008) y La contemplación (I Premio Internacional de Novela “Albert Camus” 2010), con su escritura pretende subvertir el orden de lo que observa. Así, la crítica se refiere a él como participante de “una narrativa abierta que se manifiesta en contrapeso a la narrativa que plantea el poder” (Vicente Huici) o “un ficcionista que utiliza su literatura para rebelarse contra la realidad (Enrique Vila-Matas). Edgar Borges escribe sobre la persona que libra una batalla silenciosa consigo misma (“acaso por descubrir su propia ficción”, dice el autor), teniendo, a la vez, que asumir la realidad ante los demás. Como novelista, cuentista, cronista y dramaturgo, desarrolla el entramado del teatro como si buscara que el lector se enfrente al escenario diario de su existencia. Si cada autor tiene un tema transversal en su obra, el suyo sería el del Ser urbano que se sospecha deshumanizado, solitario e incomunicado.

Un mes después de su lanzamiento editorial en España, la nueva novela de Edgar Borges ha sido muy bien recibida por la crítica y por los lectores. Son numerosas las opiniones que en la prensa española ha originado el libro. El poeta y ensayista Francisco Vélez Nieto la define como “una aventura literaria de una dimensión trascendente”; mientras, el filósofo Vicente Huici destaca “el juego literario que Edgar Borges realiza entre la intimidad del yo y la mundialización que habita en el afuera”. Por su parte, Sandra Santana, poeta y traductora de la obra del austríaco Peter Handke, celebra “la original propuesta y la cuidada elaboración de la novela”. Entre los escritores venezolanos radicados en el extranjero también han surgido reacciones, es el caso de Fernando Báez, quien asegura que “se trata de una obra novedosa, impactante y profunda que apuesta a la imaginación y nos conmueve con el diario de un pensamiento sobre la esencia misma de la condición humana”. El filósofo y crítico de arte Ignacio Castro Rey ha sido más lejos al señalar que El hombre no mediático que leía a Peter Handke es una obra llamada a convertirse en un clásico de la literatura universal”.

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